jueves, 29 de octubre de 2020

Luz de gas ¿Alguna vez te han hecho gaslighting?

Para tratar este tema, del cual he sido victima, primero os haré un breve resumen muy técnico y luego os contaré desde mi propia experiencia, varios ejemplos de situaciones que viví y que me hicieron comprender que lo que esta persona me había hecho era gaslighting

El maltrato psicológico llamado gaslighting o luz de gas debe su nombre a la película Gaslight de George Cukor. En ella se muestra a un hombre que acaba modificando la percepción de su mujer sobre la realidad hasta inducirla a locura. Manipula también la relación entre ambos y le repite de forma constante que exagera, que hay hechos que nunca han sucedido y, por supuesto, que está loca.

Este tipo de maltrato en ocasiones aparece combinado con la violencia física, o como un antecedente de la misma. Anulada la autonomía y la estabilidad mental de la víctima, aparece una espiral de maltrato de la que es muy complicado salir, especialmente cuando los primeros signos no pueden ser identificados fácilmente.

La técnica luz de gas es usada por el maltratador para someter y anular a la víctima. Una forma de violencia sutil pero muy efectiva, que acaba provocando que la persona  que lo sufre acabe creyendo que está perdiendo la salud mental. A través de la repetición de afirmaciones, la negación de hechos que sí han ocurrido realmente y el uso de la dependencia emocional, el maltratador ejerce poder sobre la persona maltratada y acaba anulando por completo su voluntad.

 ¿Qué signos podrían indicar que una persona puede estar sufriendo luz de gas?

El maltratador repite constantemente que estás loca o que deberían encerrarte.

- Quien ejerce el abuso, da la vuelta a las situaciones y se sitúa como víctima.

- El maltratador convence a la víctima de que es responsable de que todo salga mal.

- La víctima tiene sensación de irrealidad o despersonalización y llega a dudar de la propia realidad.

- La víctima nunca tiene la razón. El maltratador se esfuerza en llevarle siempre la contraria.

- Ataca las cosas que tienen valor para la víctima.

- Miente de forma desvergonzada

-El poder es tan grande que la persona maltratada se convence de que no percibe bien la realidad.


Antes de contar lo que yo he vivido, quiero dejar muy claro que yo no recibí violencia física por parte de esa persona. Pero no hizo falta ningún empujón o bofetada para que todo lo que me hacía y salía de su boca me doliera más que cualquier dolor físico.

Aclarado ese punto, os voy a contar algunas de las situaciones que viví y que una vez pasado un tiempo de la ruptura e informarme a través de libros de psicología, foros, webs y hablarlo con mucha gente, llegue a la jodida conclusión de que yo, una mujer que meses antes de conocer a este personaje era fuerte, independiente y había conseguido quererme y aceptarme, había perdido todo eso por culpa de un maltratador psicológico conocido como narcisista.

 

Situación 1.

Cuando le conocí, y antes de iniciar una relación, me dijo que llevaba casi dos años sin tener relaciones con ninguna mujer y que la última que le había  interesado era una chica a la cual había conocido 3 meses antes de conocerme a mí, pero que ella no quiso nada más allá de una amistad con él. Hasta ahí todo bien. La segunda vez que esta chica salió en una de nuestras conversaciones fue cuando llevábamos un par de semanas juntos. Por curiosidad le pregunté más cosas sobre ella y la historia empezó a cambiar. Ahora decía que la conocía desde hacía 6 meses y que llegaron a liarse pero que no paso nada más allá de 4 besos porque ambos se dieron cuenta de que no había química. Esa variante de la historia me hizo dudar y le pregunte porque la primera vez que me había hablado de ella me había dicho otra cosa distinta. Me dijo que eso no era así, que yo no le había prestado atención cuando me lo contó y que yo lo entendí todo mal. Soy un tanto despistada, así que pensé que tenía razón y no le di más vueltas. A los tres meses de relación, y de repente, sin haber tenido crisis ni discusiones, me dejó. Y lo hizo por teléfono, primero en una conversación de whattsapp y luego vía llamada gritándome, faltándome al respeto y llamándome loca. En medio de todo eso la chica en cuestión volvió a salir en medio de la conversación y de nuevo el guion cambio. Ahora la conocía de hacía casi un año, había dormido varias veces en casa de ella,  en la misma cama, pero que nunca había pasado nada, y la guinda era que la última vez que eso había pasado fue la noche del día que nos conocimos. Eso ya me mosqueo he hizo que pensara mal de la chica. Si, lo sé, aquí el único culpable era él, ella no tenía culpa de nada, pero en aquel entonces estaba ciega y no quería verlo así. Dos semanas después de romper me pidió quedar para vernos y acabamos liados, hasta que al cabo de un mes volvimos a ser pareja formal. La famosa chica salió en varias conversaciones nuestras a lo largo de toda la relación y cada vez había algún cambio nuevo. La última vez que la nombro, en la cuarta ruptura y definitiva, la historia ya era que la había conocido dos años antes de conocerme a mí, que se habían llegado a acostar en casa de él, en esa cama que compartimos durante meses de relación y que la chica después de un solo polvo le dijo que solo le quería como amigo. A todo esto, era yo la que no había entendido la historia desde el principio y que obviamente, estaba loca.

Situación 2.

No solo me mentía en cuanto a chicas con las que había tenido algo en el pasado. También lo hacía con amigos suyos y con su propia familia. A veces me explicaba la misma anécdota 2 o 3 veces, y cada vez la historia era distinta a la anterior. Si yo le decía algo respecto a que en las otras ocasiones me había dicho algo diferente, me decía que estaba equivocada, como siempre y de nuevo recalcaba que estaba loca.

Situación 3

Y si tergiversaba todas las historias de su pasado o de gente de su entorno, es más que obvio que hacia exactamente lo mismo con cosas que vivíamos ambos. Muchas veces le recordaba alguna película que habíamos visto o algún sitio donde habíamos ido a comer y negaba que eso fuera así. Siempre era yo la que estaba equivocada y la que recordaba todo mal. Una vez más estaba loca.

Situación 4

Uno de mis mejores amigos y un gran apoyo en momentos muy jodidos de mi vida es mi primer ex. Nos conocemos desde hace ya 18 años y es quizás, junto a mi madre, quien mejor me conoce, porque me ha visto hasta en los peores momentos de mi vida. Pues bien, eso él no lo soportaba. Y cada vez que quedaba con mi ex, siempre con su mujer presente, la cual también es amiga mía, él me liaba el pollo. Intentaba quedar con ellos una vez al mes como mínimo, así que una vez al mes tenia bronca asegurada y acusaciones como “seguro que aún sientes algo por él” “fijo que te lo quieres follar otra vez”…

 

En mi propia experiencia no todo era mentirme, cambiar las historias cada vez que me las contaba, tergiversar todo lo que yo decía o hacerme creer que estaba mal de la cabeza.

También estaba el menospreciarme continuamente, convencerme sutilmente que no me pusiera nada que enseñara parte de mi cuerpo y acabar vistiendo lo más tapada posible.Que las pocas veces que me maquillé estando con él me dijera que no me quedaba bien y que estaba mejor sin maquillar.

Que las series y películas que me gustaban a mí y a él no eran directamente una mierda.

Y con la música pasaba dos tercios de lo mismo. Me molestaba en preparar pendrives con música que nos gustaba a ambos para escuchar en nuestros viajes en coche y cuando empezaba a sonar la canción de alguno de mis grupos favoritos y que a él no le gustaban, pasaba a la siguiente. Y si le preguntaba por qué lo había hecho o me atrevía a decirle que yo quería escucharla, me decía que mi música era basura. Así, literalmente.

Mis gustos no tenían ningún valor.

Pero de todo el machaque psicológico que recibí por su parte, el que más me dolió con gran diferencia y el cual fue el único del que fui consciente estando con él, fue como minimizaba mis problemas y me decía que era una dramática y exagerada por no superar la muerte de mi padre y no dejar de llorar por él. Cuando mi padre no llevaba muerto ni 6 meses.

Excepto esto último, del resto yo no era consciente estando en la relación.

Durante la última ruptura, consiguió hacerme sentir culpable de todo, que me viera yo como la mala de  la película, que la relación se había ido a la mierda porque yo había hecho mal las cosas y que él era la pobre víctima. Le llegué  consolar yo a él. Una vez más, consiguió girar la tortilla a su favor y manipularme.

Fue a raíz de la ruptura, de alejarme del todo de él y cortar todo contacto, que poco a poco empecé a ver las cosas tal y como habían sido realmente.

Pero para ello necesite a gente que me quitara la venda de los ojos.

Primero lo hicieron mis primas. Una de ellas, al poco de empezar mi relación con él, lo conoció brevemente, apenas 5 minutos, un día que fue a recogerme estando con ella. Y fue lo justo y necesario para que a la siguiente vez que quedamos, me dijera que no le había dado buena espina y que no lo veía para mí.

Mi otra prima y su pareja, a los pocos días de la ruptura tuvieron una charla conmigo.

Él, siendo hombre, había visto actitudes de mi entonces pareja hacia mí, que no le gustaban nada.    Veía que me trataba como si fuera inferior a él, se burlaba de mí y enfocaba sus complejos e inseguridades en mi para sentirse mejor consigo mismo.

Mi prima asentía con la cabeza mientras me decía todo eso y fue a partir de ahí que empecé a intentar recordar todas las cosas que os he contado antes, pero que en su momento, cuando sucedieron, yo no fui consciente de que fueran así.

Luego vendrían charlas con dos amigos míos que le conocieron una única vez, y en el poco rato que compartieron con nosotros vieron cosas de él que no les gustaron.

Pero no solo gente de mi entorno habló conmigo, sino que también gente del suyo se puso en contacto conmigo, no solo para darme apoyo sino que también me dijeron que no veían bien como me trataba y que no había sido bueno conmigo.

Que esas personas que deberían estar a su favor me dijeran eso fue el impulso definitivo que necesitaba para empezar a buscar libros y artículos sobre relaciones toxicas y manipulación psicológica y después de informarme mucho conseguí dar con la clave de todo. 

Mi ex era y es un narcisista.

Ahora me toca lidiar con todos los traumas que me generó. Como la nula autoestima, el sentimiento de que no sirvo para nada y la sensación de que no soy digna de que nadie me quiera.

Ahora me toca sanar todas esa heridas que me ha dejado en la mente. Esas que no me dejan avanzar en la vida, que me hacen sentir pequeña y que me impiden ser feliz.