jueves, 18 de febrero de 2016

Mi experiencia en Adopta Un Tío




Mi reciente soltería ha hecho que en los últimos meses ande metida en varias rrss que pretenden que busques al amor de tu vida (ja, ja y ja)  
Me inicié en Adopta Un Tío (nombre y funcionamiento un tanto feminazi, todo hay que decirlo). 
Ya me había dado de alta hacía dos años (si, teniendo pareja y con su conocimiento, ya que era para “investigar” a un capullo que estaba con una amiga mía y del cual nadie se fiaba) 
Pero la cuenta era troll por así decirlo ya que la foto de perfil ni siquiera era yo, sino una que escogí al azar de internet. 
Cuando en abril volví al mercado (que frase más trillada, pero me hacía ilusión usarla) volví a darla de alta y cambie los datos poniendo los míos reales (incluso mi peso autentico, sin querer engañar a nadie, y por aquel entonces lucia unos 115 kilos que a muchos tirarían para atrás) y fotos mías.  
Que sorpresa…ni un puto hechizo en 6 meses. 
En julio cambie mi estilo de vida, empecé a cuidar mi alimentación, en agosto me dio la locura y me corte la melena…
Así que en octubre las fotos de mi perfil en dicha web/aplicación eran ya algo distintas, 95 kilos y la imagen de una chica más saludable. 
A partir de ahí empezaron a llover interesados, pero yo, la verdad, pasaba de todo. 
No fue hasta mediados de noviembre, cuando mi ex se echó novia y vi que cualquier oportunidad de volver a estar juntos era ya algo imposible, que mi mente cambio el chip y me tome las cosas de otra manera. 
Y no tardó en aparecer ÉL. 
Cotilleando perfiles, entre tanta foto de chulito de gimnasio y cuarentones, allí estaba. 
Fue algo extraño lo que me paso. 
Su foto me transmitió algo, ese algo que me hizo meterlo en la cesta (si, así tal cual, como quien va al Mercadona y compra un pollo) y esperar que él también sintiera interés en mí. 
Yo había “realizado mi compra” a las 21:49 y él me mandaba el primer mensaje a la 01:04 (por cierto, tengo una memoria privilegiada y recuerdo todos los detalles, por pequeños que sean, bien por mí!! –ironía-)  
Pero como no soy una chica fácil, me hice la interesante y tarde dos días en contestarle, mientras él insistía, dándome los buenos días y las buenas noches.  
Medio hablamos durante 3 días a través de la app, y yo lanzándome a la piscina, al tercer día ya le estaba dando mi número (a la mierda lo de no ser una chica fácil!)  
No sé qué tenía ÉL que me arrastraba a cometer semejante locura, y eso que ni siquiera me gustaba!!  
Pero tenía un magnetismo conmigo, no sé muy bien cómo explicarlo.     
Le facilite mi teléfono la madrugada de un domingo, el lunes a primera hora ya tenía un mensaje de whattsapp suyo dándome los buenos días y agradeciéndome que le hubiera dado mi número. Empezamos a hablar de tonterías, de que salía de trabajar e iba a pasear a sus perros, de que yo trabajaba de niñera...
Pero a la típica pregunta: “De dónde eres?” y yo decirle el barrio donde nací, ahí hubo la primera coincidencia de muchas más que vendrían en el futuro. 
Los dos éramos del mismo barrio, habíamos nacido a muy poca distancia él uno del otro (eso sí, con casi 3 años de diferencia –yo la mayor en este caso y ahí empezaría la broma recurrente de que él era un yogurín y yo una vieja-) 
Luego vendrían mis típicas preguntas cuando acabo de conocer a alguien…Película favorita? Grupo/cantante favorito? Serie favorita? (sí, yo soy así de rara) y a partir de ahí a hablar de tantas otras cosas. 
Coincidíamos en tantas cosas que a veces me daba miedo más que nada porque hasta ese momento mi interés por él era nulo, es decir, me caía genial pero no pensaba ni en la posibilidad de conocerle personalmente nunca.
Pero un buen día, y sin darme cuenta, pase de no tener pretensiones de quedar con él, a querer hacerlo.
Y lo hice, totalmente acojonada, un 5 de diciembre quedamos. Fuimos a dar una vuelta, a tomar algo, y luego a su casa a ver una película.  
Nos pasamos 4 horas hablando sin parar, yo nerviosa y él atacado de los nervios. 
Le miraba y pensaba: ”Este se arrepiente de haber quedado y no sabe cómo darme puerta” 
Así que, aunque había ido con la idea de pasar la noche con él (recordáis que yo no era chica fácil no?) escribí a un amigo para pedirle que me fuera a buscar. 
Entonces, cuando le dije que en media hora me recogían y me iba a mi casa… se lanzó a besarme. 
Ese beso fue la clave, y lo cambió todo. 
Porque si, nada más verle me gusto, y mientras nos tomábamos algo yo tenía ganas de acercarme a él y besarle, pero ni por asomo imaginaba que al hacerlo sentiría tantas cosas (y aunque quede fatal decirlo, cosas que con mi ex pareja de toda la vida no había sentido jamás)  
Nos besamos durante un buen rato, pero yo debía irme porque mi amigo estaba esperándome.  
Me acompaño hasta donde me esperaban y quedamos en vernos otra vez. 
A partir de esa noche todo fue una locura. 
Me encoñe de mala manera, si, lo sé. 
Han sido dos meses increíbles y únicos, y aunque esta historia ya ha llegado a su fin, no me arrepiento de nada de lo que hice. 
Él es una persona muy especial, cariñoso, bueno, generoso… podría describirle con mil adjetivos positivos y aun así me quedaría corta. 
Pero como siempre me ha ocurrido en mi miserable vida, las cosas buenas no están hechas para mí. 

A día de hoy sigo en Adopta Un Tío, y en Plenty Of Fish, Loovo y Tinder, pero paso olímpicamente de todo y no tengo el más mínimo interés de conocer a nadie, en cuanto a plano amoroso/sentimental respecta.  
Bastante escarmentada y dañada he quedado con mi primera y única experiencia. 

 
Y vosotr@s tenéis alguna experiencia similar?



P.D: Sé que vas a leerlo y que te hará ilusión… J.C. a ti te he conocido posterior a este gran fracaso en mi vida y me caes genial. Amigos seremos sin duda, y el tiempo ya dirá.

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