jueves, 13 de abril de 2017

SUICIDIO

La serie "Por 13 razones" ha puesto de actualidad un tema candente, el suicidio. 
Me sorprende la cantidad de gente que por redes sociales se esta indignando por el trágico final de Hannah Baker, manifestando que su entorno podría haber hecho algo por evitarlo o que es imposible que no lo vieran venir. Hannah Baker pide ayuda en algunas ocasiones y se encuentra con la indiferencia y el pasotismo de los que la rodean. 
Y no es ficción, es la pura realidad. 

En el mundo real, el 99% de la gente es egoísta emocionalmente. 
Si ven a alguien mal, en lugar de darle apoyo e intentar ayudarle, se alejan y le dejan solo. 
Luego estamos ese 1%, que empatizamos de tal modo con aquellos que lo pasan mal, que hacemos nuestros sus problemas o tristezas e intentamos echar una mano sea como sea. 

Pero no todo el mundo es así desgraciadamente. 
Yo misma vivo en mis carnes la indiferencia de los que me rodean. 
Y no solo ahora, desde siempre. 

Tenía 14 años cuando paso por primera vez por mi cabeza la idea de suicidarme (ya conté en el post anterior mi infierno en el instituto como víctima del acoso escolar.) 
Durante los casi 2 años que sufrí todo aquello, esa idea rondó mi mente muchas veces. 

Una vez terminada esa etapa de mi vida, ese pensamiento se disipó durante bastante tiempo. 
Pero con 21 años volvió a mi vida, y desde entonces, aquí sigue. 

Hay épocas donde a diario deseo morir. 
Nunca he sido feliz, dudo que algún día pueda llegar a serlo, y para mi desdicha, soy un imán de desgracias. 

Hay gente que nace con estrella. Yo nací estrellada. 

Nunca tengo suerte en nada. Y cuando parece que algo empieza a irme bien, se tuerce y se estropea, como siempre. 

Es muy probable que la mayoría de infortunios que transcurren en mi vida me los busque yo solita. He llegado a esa conclusión después de que algunas personas me tilden de negativa o de ir de víctima por la vida. 
Supongo que a lo largo de mi existencia he tenido baches y problemas como muchísimas otras personas, pero que debido a mi percepción del mundo y de las personas, no sepa lidiar del mismo modo que ellos. 

Volviendo al caso de Hannah, la cual expresa de diversas maneras lo sola que se siente, y a la gente parece importarles poco o más bien nada. 

Y así es la vida, por duro que parezca. 
Yo misma he manifestado mis ideas suicidas en mas de una ocasión. 
De forma privada, comentandolo con gente que creía de confianza (una de ellas,aquella que creía la más importante para mi, llego a decirme varias veces, que en lugar de decirlo tanto, tuviera valor de hacerlo.) 
Y que respuesta he recibido? Silencio. 
Nadie dice nada, nadie sabe que decir. 
Ni siquiera te preguntan por que tienes esos pensamientos o por que te sientes de esa forma. 

Y desgraciadamente no solo he pensado en la idea del suicidio como algo a realizar a corto/largo plazo, sino que una vez lo lleve a la práctica. 

Mi ex me había dejado hacia 6 meses,pero seguía jugando conmigo, dandome falsas esperanzas de volver a estar juntos. 
Él decía llevar un mes conociendo a una chica (realmente por aquellas fechas,ya llevaban juntos dos años y medio) 
Aquel día me llevo a comer a uno de mis sitios favoritos, haciéndome creer una vez más que todo podría ser como era antes. 
Para decirme, poco rato después de salir del restaurante, que me llevaba a casa porque se iba a pasar la noche con la otra. 
Me hundí. 
Después de 6 meses luchando por salvar algo que creía que valía la pena (que ciega y equivocada estaba) vi que realmente no tenía sentido seguir peleando por algo que estaba mas que acabado. 

Y decidí poner punto y final a todo. 

Ese mismo día, sola en casa, tome un cocktail de pastillas mezcladas con vodka y desee con todas mis fuerzas que dieran resultado. 
Pero ni para suicidarme tengo suerte, pues lo único que conseguí fue un dolor de cabeza horrible y dormir casi un día entero. 

Para colmo, cuando mi ex volvió a casa, le conté lo sucedido, esperando palabras de apoyo y alivio por su parte, y recibí, de nuevo, chantaje emocional y maltrato psicológico, como siempre. 

Tras ese episodio, cambie el chip. 

Tome la decisión de seguir adelante con mi vida y que le dieran por culo. 
Y cambié. Y me sentí mejor durante una temporada. 
Un breve período de tiempo,tras el cual la oscuridad volvio a mi vida y hasta el día se hoy. 

Me siento sola. 
No tengo ganas de vivir. 
No tengo ilusión por nada. 
Cuando hay un resquicio de felicidad en mi vida siempre ocurre algo para que todo se tuerza. 
A excepción de un reducido grupo de personas que quizás no se puedan ni contar con los dedos de las manos, sé con certeza que si algún día desaparezco, a nadie le va a importar. 

En el último año, el 90% de las personas que formaban parte de mi vida me han dado la espalda. 
No tengo nunca suerte en nada. 
Veo con enorme tristeza como pasan los años y todo me va de mal en peor y no encuentro motivos para seguir viviendo. 

Es duro,muy duro, expresar de manera tan pública todo esto que llevo años guardando sólo para mi o para unos pocos elegidos. 
Pero quiero que quede constancia de ello. 
Y que si algún día, al final le echo valor (porque si, suicidarse es un enorme acto de coraje y valentía,no es algo que hagan las personas débiles como yo) nadie pueda decir que era algo inimaginable que pudiera llegar a hacer o que no se sospechaba nada.

1 comentario:

Zed dijo...

El suicidio se puede considerar un acto de valentía o de cobardía, según se mire. Como todo en esta vida, no todo el mundo va a tener la misma opinión. Pero sí, para llevar a cabo el acto en si, hay que echarle un par. Nuestra naturaleza nos empuja a sobrevivir y el miedo es solo un sentimiento inconsciente cuyo objetivo es mantenernos con vida, alejarnos de lo que se pueda considerar peligroso. La evolución ha hecho de nosotros seres con uns psicología muy compleja, lo que implica que perdamos parte de esos miedos, que los racionalicemos o que veamos la muerte como una solución a la vida.
La vida es complicada. La muerte no es nada. La gente se llena de creencias pensando que habrá más allá, cuando la respuesta es sencilla: nada. No hay sentimientos, ni alegría, ni tristeza, ni amor, ni dolor, ni descanso. Nada.

Ojalá que dejes de ver el suicidio como una solución a tus problemas.
No creo que estés sola, aunque te sientas así. Hay mucha gente a tu alrededor. Quizá simplemente no has dado con la adecuada para ti.

Un abrazo y ánimo. Utiliza la fuerza ;)